Maxis acaba de sacar del horno una nueva entrega de Los Sims, y lo he estado probando a fondo. El lanzamiento no ha estado exento de cierta polémica (por ejemplo, el parche de última hora que corregía algunos bugs graves), pero lo que puede jugarse actualmente es un producto terminado y que de ningún modo parece hecho con prisas. Los fans de la saga tal vez echen de menos algo más de contenido que, como suele ser costumbre, llegará en forma de DLCs temáticos en los próximos meses (A un cariñoso costo $$$)
No hay grandes sorpresas: Maxis se mantiene muy fiel a las anteriores entregas en cuanto a jugabilidad. Los gráficos son adecuados y han mejorado un poco desde la tercera entrega, pero mantienen su estilo caricaturesco habitual que no tienen mucho que remarcar. Básicamente hay dos puntos en los que Los Sims 4 se diferencian de sus antecesores: la interfaz de usuario y las emociones de nuestros sim.
Cuando un juego tiene una cantidad de menús y opciones configurables como este, corre el riesgo de que su interfaz termine lleno de botones y barras desplazadoras para ajustar parámetros. En esta nueva entrega se ha tratado de huir al máximo de esos controles útiles pero poco intuitivos, y se ha optado por una interfaz más minimalista pero igualmente potente. Nos daremos cuenta del cambio nada más iniciar una partida, con la creación de nuestro primer sim.
La mayor de los parámetros de nuestro sim pueden elegirse simplemente pulsando y arrastrando partes de su cuerpo, como si lo estuviésemos modelando en arcilla. Claramente ese tipo de creación de personajes ganará varios puntos si los jugamos con una pantalla táctil, pero es también muy cómodo de usar con el ratón. Recuerda levemente a los menús de construcción de criaturas de Spore, lo cual es francamente un acierto (y posiblemente lo mejor de este otro título).
Pero no se trata sólo de decidir la anchura de hombros y la forma de las cejas de nuestros sim: lo más interesante (y también lo que más influirá en el juego) es elegir su forma de ser. Empezaremos eligiendo una vocación (que más adelante podremos cambiar) y tres rasgos principales. Así, podemos crear jóvenes atormentados que rehúyen la compañía de otros sims y que sueñan con ser escritores, artistas impetuosos que necesitan de los halagos de los demás para sentirse útiles, ambiciosos "tiburones" empresariales decididos a llegar a lo más alto en el mundo de las finanzas... cualquier cosa que se nos ocurra.
A diferencia del aspecto físico de nuestros sim, su forma de ser determinará su forma de comportarse y relacionarse con los demás. Lo cual podría dejarnos un bonito mensaje de que lo que importa es el interior, aunque probablemente la única intención haya sido la de hacer el juego más complejo e interesante.
Las aptitudes y los sueños de grandeza de nuestro sim se materializarán en su carrera profesional. Dependiendo que cómo hayamos configurado su personalidad, será tenaz o se rendirá con facilidad, será ambicioso o conformista, se tomará las derrotas con deportividad o sufriendo terribles depresiones. Como ya habréis adivinado, la nueva entrega de Los Sim está centrada en este punto: la autorealización de nuestros personajes. Esto, en nuestra opinión, en un buen soplo de aire fresco, especialmente si ya estábamos cansados de construir casas, decorarlas y ligar con otros sim.
De hecho, el estado de ánimo de nuestro sim es en general bastante más importante que sus "necesidades básicas" (en torno a las que giraba la primera entrega) y tendrá un efecto en todo lo que hace, en la forma de moverse y en cómo se relaciona con los demás. Además, los sim empáticos tenderán a contagiarse de las emociones de los demás, con lo cual tendremos que cuidarnos de relacionarlos con sim depresivos, mientras que los malvados serán más y más felices cuanto más sufra la gente a su alrededor. Los artistas atormentados, por otra parte, necesitarán deprimirse para estar inspirados y creativos. Como vemos, la complejidad ha crecido mucho en este campo.
Volviendo al tema de los interfaces, la construcción y modificación de las casastambién ha cambiado un poco. Sin llegar al nivel de plasticidad del menú de creación de personajes, sí que se ha simplificado palpablemente respecto a otras entregas, sin perder un ápice de su potencia. Uno de los grandes aciertos es la posibilidad de utilizar las habitaciones como entidades independientes, lo que nos permite reorganizar nuestra casa con mucha facilidad. Además, todos aquellos que no estén interesados en la decoración de interiores encontrarán montones de configuraciones por defecto que les ahorrarán tener que devanarse los sesos amueblando la casa.
Para añadir un poco de mayor "sentimiento de recompensa" al juego, y a falta de misiones, se han creado una serie de retos que nuestro sim se autoimpone dentro de su carrera profesional, y que nos darán algunos "puntos de satisfacción" al lograrlos. En general, los retos no son demasiado interesantes y las recompensas tampoco, pero es posible que el sistema se mejore con futuras expansiones. Al avanzar en nuestra carrera profesional podremos, además, desbloquear contenido único para nuestra casa específico de nuestra profesión.
Los Sims 4 tiene también algunos cambios menores, como el hecho de que la IA ha sido mejorada, con lo que nuestros sim serán menos torpes que antes (aunque bueno, seguirán necesitándonos para hacer algo provechoso con su vida). Otra pequeña adición es la posibilidad de interactuar con varios sim al mismo tiempo, lo cual dará lugar a animadas conversaciones de grupo y, en ocasiones, a acalorados debates.
No sólo podremos relacionarnos y estrechar vínculos con varias personas a la vez, sino que también podremos realizar varias tareas de forma simultánea. Esto le añade un pequeño toque de realismo al juego, pero francamente tampoco supone una revolución. Eso sí, resulta divertido ver como nuestro sim, después de hacer "zapping" por varios canales, saca su móvil para ir echando un vistazo a Facebook mientras, técnicamente, sigue viendo la tele. En efecto: no es que los sim sean ahora sean más inteligentes, pero sí que parecen más "humanos".
En conclusión
Los Sims 4 no supone ningún tipo de revolución respecto a anteriores entregas de la saga, pero contiene las suficientes novedades como para suponer un soplo de aire fresco y encandilar a los fans incondicionales. Si te gustaban los otros juegos de Los Sim, este te encantará, aunque es posible que eches en falta algo de contenido. Éste llegará, sin duda, con los próximos DLCs y así sacarle un dinerillo a sus usuarios que nunca está de más. Y si no te gustaban las anteiores entregas, este te parecerá casi igual que los otros.
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